A todos nos dijeron que mentir era malo, que nos traería consecuencias graves a futuro y que lo más difícil de una mentira es poder sostenerla, pues resulta que es verdad, la mentira cuesta y cuesta mucho dinero, o al menos las “verdades históricas” son muy caras. En el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, esta simulación ha costado a la fecha, 75 millones 272 mil de pesos.
Y ¿en qué se ha gastado tanto dinero? Los grupos de investigación forense invitados han cobrado cifras importantes, primero el Grupo interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), y la Universidad de Medicina de Innsbruck, en Austria (a esta Institución se le pagaron 16 mil euros, es decir 308 mil 236 pesos).
Otros especialistas también fueron invitados a participar en las indagatorias, con un costo de 1 millón 307 mil 365 pesos en 2014 y 1 millón 905 mil 475 pesos en 2015, en concepto de alimentos, hospedaje y traslados.
Pero sin duda, la peor noticia de todo, lo “más costoso” y doloroso, es que aún no sabemos lo que realmente sucedió hace 43 meses con los jóvenes normalistas.