Salieron el 25 de marzo, en algún momento el “Viacrucis migrante” alcanzó a aglutinar a mil 500 centroamericanos, desde el principio el presidente Trump los vio como una amenaza. El día de ayer apenas unos cientos llegaron a la frontera.
Los migrantes (que en una parte importante son mujeres y niños) llegaron a su destino, llegaron para entregarse a las autoridades migratorias estadounidenses, entrar a un centro de detención (en condiciones carcelarias) y esperar que se les conceda “asilo político”; por su parte las instancias norteamericanas se dijeron rebasadas, razón por la cual muchos migrantes esperan del lado mexicano.
Hubo protestas pacíficas en Tijuana; pero quizás la más representativa fue en la línea divisoria entre Calexico y Mexicali, donde el vicepresidente Mike Pence veía la reposición de una parte de la valla fonteriza, ahí esos migrantes cansados y empobrecidos lanzaron tierra y piedras a los trabajadores del “muro”.