Por: Redacción
Y en este segundo debate entre los candidatos a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, el común denominador fueron los ataques y la pobreza de las propuestas. Tal y como en la primera edición, la mayoría de los cuestionamientos fueron para Claudia Sheinbaum, primero por su desempeño como secretaria del Medio Ambiente y por supuesto, su actuación al frente de la delegación Tlalpan después de los sismos de septiembre pasado, en concreto por lo sucedido en el Colegio Rébsamen.
A decir del candidato del PRI, Mikel Arriola, la construcción del “Puente de los Poetas” costó 4 veces más de lo debido y señaló el grave impacto ambiental de la obra, pero el argumento más fuerte vino de Alejandra Barrales, quien exhibió un audio donde un supuesto padre de familia exigía a Sheinbaum justicia por la muerte de su hija en dicha escuela.
Por si esto fuera poco, y por difícil que parezca de creer los peores ataques fueron entre Barrales y Arriola, lo más álgido fue cuando el candidato tricolor cuestionó el patrimonio de Alejandra Barrales, quien lo instó a probar esas acusaciones y sentenció “A diferencia tuya, yo no tengo un suegro que me mantenga y te reto a que demuestres que tengo un departamento en Polanco, si me lo demuestras renuncio a mi candidatura, y tú deberás renunciar por mentiroso”.
También hubo acusaciones mutuas por el uso de tarjetas para incidir en el voto capitalino.
Y hubo coincidencias en las políticas públicas en materia económica, social, educativa, etc; pero el nivel mostrado por los candidatos que están dispuestos a todo y a decirse de todo con tal de aventajar a sus rivales, nos recuerdan las heridas de la ciudad, esa reconstrucción física y social que para esta capital no parece llegar.