Por: Redacción
En un nuevo desencuentro entre el mandatario norteamericano y el régimen de Corea del Norte, el presidente Trump canceló la reunión planeada entre ambos dirigentes para el 12 de junio. Como es costumbre el líder estadounidense culpó a su homólogo, a través de una carta que hizo pública señaló la abierta ira y hostilidad del presidente Kim-Jong-Un, lo que a decir del documento firmado por el presidente de Estados Unidos, “tristemente hacía imposible la reunión que había esperado ansioso”.
Horas más tarde el régimen norcoreano a través de un comunicado y en un tono visiblemente cauteloso y conciliador el viceministro de Exteriores, Kim Gye Gwan, sostuvo que: “Nuestro líder Kim Jong-Un ha realizado todos los esfuerzos posibles para reunirse con el presidente Trump” y por último señaló: “Reiteramos a Estados Unidos nuestra disposición a sentarnos cara a cara en cualquier momento y en cualquier forma para resolver el problema”, dejando abierta la posibilidad del diálogo entre ambas naciones.
Antes de esta cancelación, el régimen de Pyongyang aseguró haber destruido por completo su centro de pruebas nucleares en Punggye-ri, esto como un acto de buena voluntad antes de la reunión entre los mandatarios.